MANDALAS: INSPIRACION PARA HACER UN MANDALA
INSPIRACION PARA HACER UN MANDALA
Según la psicología, los mandalas representan al ser humano. Interactuar con ellos es un poderoso instrumento para sanar las fragmentaciones psíquicas y espirituales, ayuda a manifestar la creatividad y a reconectarnos con nuestro ser esencial. Crear mandalas e interactuar con ellos, ya sea a través de la meditación o con la simple observación, abre puertas hasta el
momento desconocidas, dejando que brote de forma libre y natural la sabiduría interior.
momento desconocidas, dejando que brote de forma libre y natural la sabiduría interior.
Psicológicamente la forma en que se dibuja y/o pinta un mandala tiene un simbolismo
especifico. Así, cuando se comienza desde el centro hacia fuera se hace presente una exteriorización de las emociones mientras que, de afuera hacia dentro, es la búsqueda del propio centro y la asimilación del conocimiento, la que se hace presente.
especifico. Así, cuando se comienza desde el centro hacia fuera se hace presente una exteriorización de las emociones mientras que, de afuera hacia dentro, es la búsqueda del propio centro y la asimilación del conocimiento, la que se hace presente.
La creación de mandalas es una meditación activa que nos conecta con nuestra propia esencia, permitiéndonos expandir la conciencia y mejorar la comunicación con el mundo. Su minucioso trabajo desarrolla la paciencia y la constancia de una manera progresiva y segura, despertando los sentidos, mostrándonos aspectos propios hasta el momento desconocidos… a medida que se avanza en la creación o meditación sobre un mandala, se comienza a escuchar la voz de nuestra intuición, desarrollamos de esta forma, la capacidad de curarnos física y psíquicamente, desarrollamos la auto aceptación y la auto
observación de una manera natural e intuitiva.
observación de una manera natural e intuitiva.
Quien realiza o medita sobre un mandala, emprende un viaje en el cual descubre que cada parte del mandala forma parte de un todo, que cada parte del universo forma parte de uno mismo, descubriendo de esta forma una integración, un equilibrio unificador.
LA INSPIRACIÓN PARA CREAR UN MANDALA
Se habla de inspiración como una cualidad que surge, en ocasiones, de forma espontánea, pero que también puede ser preparada previamente. Así, el artista, para inspirarse, busca estímulos lo suficientemente variados e importantes como para impactar a sus sentidos. En la creación de un mandala, la inspiración más certera es la que brota de nuestro propio interior. Unos minutos de contemplación, meditación, calma, un ambiente tranquilo y cómodo son más que suficientes… con la práctica y el entendimiento de que todos, absolutamente todo poseemos talento, se asume la innecesidad de altares sofisticados y herramientas mágicas para comprender que las diferentes realidades de todos los días, son también una expresión divina, hallando en cada una de ellas, la esencia misma de cada uno de nosotros.
Descubriendo un grado de integración con el “todo”, impulsados en dirección a esa totalidad… descubrimos el aspecto divino o elevado de todo lo que nos rodea… el artista deja incubar en su subconsciente estos elementos dejando surgir la posibilidad de plasmar la belleza en un trabajo artístico o plástico.
Todo lo que hacemos en nuestra vida a nivel físico y concreto, tiene sus repercusiones en planos más sutiles y elevados, y viceversa. Así la creación de unmandala es un simple dibujo para el ojo racional, mientras que para lo sutil, para la intuición, es un mapa que traza el camino a seguir hacia el auto conocimiento profundo, entendiendo incluso, aspectos imposibles de poner en palabras.
La creación de un mandala, es una ida y vuelta entre lo sutil y lo concreto. La inspiración que nos impulsa a su creación, impulsará nuestras actividades y estará viva en todo lo que se construya.
La meta se alcanza con cada mandala terminado, que paradójicamente, simboliza el comienzo de un camino. Se alcanza entonces un grado elevado de conciencia, en donde todos los seres y todo lo que nos rodea, brillan con la magia de lo único, hallando en el universo la esencia de nuestra alma.
La meta se alcanza con cada mandala terminado, que paradójicamente, simboliza el comienzo de un camino. Se alcanza entonces un grado elevado de conciencia, en donde todos los seres y todo lo que nos rodea, brillan con la magia de lo único, hallando en el universo la esencia de nuestra alma.
Si nosotros queremos construir un mandala, debemos tener en cuenta su esquema básico: Un círculo y cuatro puntos cardinales.
Obviamente esta no es una regla estricta que no se pueda romper, también puede ser que en lugar de que su base sea un círculo puede ser un triángulo, un cuadrado, o un octágono.
A partir de ahí podemos diseñar nuestro mandala y esto ¡es cuestión de creatividad! puedes decorarlo con imágenes místicas como el símbolo del ying-yang, una cruz, la estrella de David, lunas, estrellas, el sol, flores, aves, paisajes, nubes, figuras geométricas... en fin, busca los diseños que te proyecten paz y tranquilidad.
COMO PINTAR MANDALAS
Busca un lugar tranquilo, y observa detenidamente tu mandala, concéntrate en el, si después de observarlo por un largo rato notas que se mueve ¡es la energía que está en movimiento!.
Es conveniente empezar a pintarlo de afuera hacia adentro, esto nos representa el autoconocimiento de lo externo hacia nuestro centro, hacia nuestro interior.
Decide la dirección en vas a pintarlo y trata de mantenerla.
Al elegir los colores puedes hacerlo de manera intuitiva ¡no importa que no combinen los colores entre sí! de esta manera podrá descifrar tu estado de ánimo. También podrás hacerlo eligiendo los colores y trata de
cambiar tu estado de ánimo de ésta manera.
cambiar tu estado de ánimo de ésta manera.
Tal vez te de sueño en el proceso, si estabas tenso, el mandala está cumpliendo con la relajación, es normal, en este caso es preferible dejarlo ¡y disponte a dormir!.
Si no terminaste el mandala en ese momento, déjalo así, la próxima vez que quieras pintar uno, elige uno nuevo, con colores que vayan más acorde con tu estado de ánimo en ese momento.
Si quieres que el mandala te guíe para el auto-conocimiento, no pienses en formas ni colores, deja que solo te vaya guiando, haciendo lo que en ese momento de manera intuitiva te nazca.
LAS FORMAS Y SUS SIGNIFICADOS
Los mandalas no son simples dibujos de colores. Todos los elementos que en ellos se integran tienen un significado. Conoce algunos de los más utilizados:
CÍRCULO: Significa lejanía, extensión, pero también seguridad, lo absoluto, el verdadero yo movimiento.
CORAZÓN: Es la unión, el sol, el amor y la felicidad. Alegría. Sentimiento de unión.
CRUZ: Es símbolo de decisiones. Se puede identificar con los puntos cardinales, pero también como las diferentes direcciones unión del cielo y la tierra. Vida y muerte. Lo consciente y lo inconsciente.
CUADRADO: Representa la estabilidad y el equilibrio, procesos de la naturaleza. Estabilidad. Equilibrio.
ESTRELLA: Símbolo de lo espiritual. Libertad. Elevación.
ESPIRAL: Significa vitalidad y se relaciona con las energías curativas. Vitalidad. Búsqueda constante de la totalidad.
HEXÁGONO: Unión de los contrarios.
LABERINTO: Representa la silueta del cuerpo humano y los símbolos de la tierra, el agua y el fuego. Implica la búsqueda del propio centro.
MARIPOSA: Simboliza la autorenovación del alma. Transformación y muerte.
PENTÁGONO: Representa la silueta del cuerpo humano y los símbolos de la tierra, el agua y el fuego. Silueta del cuerpo humano.
RECTÁNGULO: Estabilidad. Rendimiento del intelecto. La vida terrenal.
TRIÁNGULO: Según hacia donde esté orientado el triangulo, este varia en su significado.
** HACIA ABAJO. Agua, representa el inconsciente
** HACIA ARRIBA: Representa la Vitalidad y la transformación
** HACIA EL CENTRO: Representa la Agresión hacia uno mismo
¿QUÉ QUIEREN DECIR LOS COLORES?
El uso de los colores en los mandalas también tiene un significado especial.
Su uso está relacionado con el estado de ánimo de quien los pinta o dibuja.
DESCUBRE LO QUE ESCONDE CADA TONALIDAD:
BLANCO: Nada, pureza, iluminación, perfección.
NEGRO: Muerte, limitación personal, misterio, renacimiento, ignorancia.
GRIS: Neutralidad, sabiduría, renovación.
ROJO: Masculino, sensualidad, amor, arraigamiento, pasión.
AZUL: Tranquilidad, paz, felicidad, satisfacción, alegría.
AMARILLO: Sol, luz, jovialidad, simpatía, receptividad.
NARANJA: Energía, dinamismo, ambición, ternura, valor.
ROSA: Aspectos femeninos e infantiles, dulzura, altruismo.
MORADO: Amor al prójimo, idealismo y sabiduría.
VERDE: Naturaleza, equilibrio, crecimiento, esperanza.
VIOLETA: Música, magia, espiritualidad, transformación, inspiración.
ORO: Sabiduría, claridad, lucidez, vitalidad.
PLATA: Capacidades extrasensoriales, emociones fluctuantes, bienestar.
COMO INTERPRETAR UN MANDALA
Un mandala posee tres partes básicas:
1. El punto central.
2. La irradiación de ese punto
3. El límite circular exterior.
El dibujo de un mandala actúa directamente sobre la psiquis unificando por su centro y equilibrando por su ámbito; atrae la vista hacia el punto central o bindu, hacia la unidad, hacia lo divino, hacia nuestro propio centro.
Mandala
En la creación de un mandala se buscan referentes instantáneos que den a la luz los contenidos inconscientes del alma, ya sea para desarrollar nuestras fuerzas, para la autocuración, o para encontrar y generar armonía, paz y equilibrio interior. La libertad en la creación del mandala se extiende a los materiales: piedras, arena, tizas de colores, acuarelas, acrílicos, en maderas, hojas, metales.
Durante la creación es imprescindible estar en contacto con nuestro interior y escuchar atentamente la información que de allí nos llega. Más allá de las capacidades artísticas que cada uno posea, es cuestión de sinceridad, de aceptación, de crear con las bases puestas en el amor y el bienestar buscado. De esta forma el resultado será un sincero reflejo de nosotros mismos.
El hecho de crear un mandala y observar sus formas y sus colores, es información directa para el creador, se establece una conexión con los aspectos profundos e internos, conscientes o inconscientes, expresando la belleza, la alegría, incluso malos momentos, ofreciendo una solución, una ayuda para el entendimiento y la comprensión intuitiva.
Dibujando mandalas, creamos nuestro propio espacio sagrado, dejando fluir las energías de forma libre y natural.
Al observar un mandala buscamos que nos centre, nos armonice, que nos otorgue paz y bienestar, que estimule nuestras ideas y despierte la creatividad, que nos oriente hacia un objetivo constructivo.
LA PRINCIPAL REGLA EN LA CREACIÓN DE UN MANDALA ES DEJAR FLUIR.
Dejar fluir la imaginación, la creatividad, las energías, actuar de forma libre e intuitiva.
Es aconsejable que el dibujo no sea ni demasiado grande ni demasiado pequeño, establecer de ante mano cual será del derecho del dibujo y moverse a partir de allí, dibujar, trazar, pintar en el sentido de las agujas del reloj ya que ese es el sentido en el que fluye la energía, es sumamente importante actuar de forma espontánea, sin preconceptos, evitando la excesiva información que condicione el trabajo. Buscar un significado racional a lo que sin duda no lo tiene, puede truncar el valor esencial del mandala.
Es aconsejable que el dibujo no sea ni demasiado grande ni demasiado pequeño, establecer de ante mano cual será del derecho del dibujo y moverse a partir de allí, dibujar, trazar, pintar en el sentido de las agujas del reloj ya que ese es el sentido en el que fluye la energía, es sumamente importante actuar de forma espontánea, sin preconceptos, evitando la excesiva información que condicione el trabajo. Buscar un significado racional a lo que sin duda no lo tiene, puede truncar el valor esencial del mandala.
La creación en sí, conlleva gozo y entusiasmo, si por el contrario despierta desgana y mal humor, no es el momento o el tipo de trabajo indicado. La sensación debe ser agradable. La concentración y el disfrute van de la mano.
Cuando el subconsciente (puesto en marcha en la creación de mandalas se encuentra en un ritmo de actividad adecuada, en ningún momento la persona se aburre. Basta con que vuelva la mente un poco sobre sí misma, para que infinidad de maravillosas sensaciones broten de lo más profundo.
COLORES, FORMAS Y NÚMEROS DEL MANDALA
Cada vez que se comience a realizar un mandala, hay que empezar de cero. El momento presente es el que cuenta y no lo que sepamos de colores y formas. Hay que dejar que los colores, las formas y los números hablen a trabes de nosotros.
Si bien existe una simbología básica, hay que tener en cuenta los aspectos subjetivos que hacen a cada persona. Así lo que para algunos es hermoso para otros no. Por esta sencilla razón, el mejor análisis y la interpretación más certera, es la que uno realiza con la simple observación del mandala.
Cada color posee un aspecto positivo y un aspecto negativo, por eso es esencial la auto observación y el estudio detallado del momento en el que se realiza un mandala. El estudio objetivo de nosotros mismos equivale también a aceptar, aquellos aspectos propios, que tal vez no nos gusten. El mandala es una especie de reflejo interior. La posibilidad de cambio está siempre presente. Se trata de mirar con los ojos del alma.
Los colores hablan. Vibran con una frecuencia determinada. Cuando un color es integrado a otro, son como las notas musicales que juntas producen una sinfonía. Su complejo mensaje llega de forma instantánea a nuestra comprensión intuitiva.
La mejor lectura de un mandala se lleva a cabo con las “sensaciones” que esta despierta en quien lo observa.
LOS MANDALAS Y LA ESPIRITUALIDAD
MANDALA significa círculo en sánscrito, pero más allá de su definición como palabra, los mandalas representan la totalidad de nuestro ser. Un diagrama cósmico que nos recuerda nuestra relación con el infinito. Nos ayuda a centrarnos, a encontrar la calma, y el equilibrio que permite transformar el entorno y la mente. Constituyen una verdadera herramienta de crecimiento. Las formas básicas más utilizadas son: el círculo, el cuadrado y el triángulo.
Los mandalas acompañan desde tiempos remotos a todas las religiones, están presentes en las artes del islam, en los rosetones de las catedrales, en la representación de los Chakras, o en las culturas indígenas de América. Para la creación de sus mandalas los lamas tibetanos suelen utilizar arena coloreada.
Hacen una representación del universo en un esfuerzo creativo que dura varias semanas. Una vez finalizado, el mandala se destruye mediante una ceremonia, y se arroja a las aguas de un río o mar, como símbolo de la transitoriedad de las cosas y del desapego.
La contemplación del mandala nos permite llegar a la meditación y a la concentración, aportándonos sosiego y calma interna.
La contemplación del mandala nos permite llegar a la meditación y a la concentración, aportándonos sosiego y calma interna.
Trabajar con ellos favorece el despertar de nuestra creatividad, y de nuestra energía evolutiva. Son la fusión del cuerpo y el espíritu.
MANDALA: ARMONIA DEL CIRCULO
Con una larga tradición espiritual, los mandalas nos ofrecen algunos de los ejercicios de relajación y búsqueda del equilibrio interno más sencillo que existen. Mandala es una palabra sánscrita que significa círculo. Se aplica a una serie de dibujos ceremoniales hindúes que presentan formas geométricas concéntricas.
Los mandalas son utilizados desde tiempos remotos. Tienen su origen en la India y se propagaron en las culturas orientales, en las indígenas de América y en los aborígenes de Australia. En aquellos países en los que el budismo y el hinduismo juegan un papel importante, se usa como símbolo religioso o como objeto de apoyo en la meditación.
A NIVEL TERAPÉUTICO: Se usan para equilibrar el hemisferio racional y el creativo, ya que las figuras geométricas que se hay en un mandala son captadas por nuestro lado lógico, y los colores y dibujos, por nuestro lado creativo.
A NIVEL ESPIRITUAL: el mandala es considerado como un centro energético de equilibrio y purificación. Dibujar u observar mandalas ayuda a enfrentarse con sentimientos de agresividad, de desequilibrio o de hipersensibilidad hacia determinados problemas.
Cómo utilizar los mandalas.
No hace falta ser un experto para usarlos como diagrama meditativo. Basta con sentarse en un lugar cómodo, respirar profundamente y contemplar el dibujo durante unos minutos para poder llegar a un estado de relajación. La principal regla para hacerlos es dejar fluir la imaginación y seguir la propia intuición. No hay que esforzarse en pintar uno determinado ni escoger colores predefinidos.
LAS PARTES DE UN MANDALA.
Un mandala posee tres partes básicas: el punto central, la irradiación de ese punto y el límite circular exterior. Para pintarlo, se pueden usar diferentes técnicas.
Exteriorizar tus emociones: puedes colorearlo de adentro hacia afuera.
Si quieres buscar tu centro: coloréalo de afuera hacia adentro.
También puedes utilizar otro tipo de material como piedras, arena, tizas, maderas, hojas, etc. Tómate el tiempo necesario y hazlo en un entorno que te transmita relajación. Incluso puedes utilizar música relajante.
Las formas y los colores de los mandalas.
Los mandalas también son definidos como un diagrama cosmológico que puede ser utilizado para la meditación.
Consiste en una serie de formas geométricas concéntricas organizadas en diversos niveles visuales. Las formas básicas más utilizadas son: círculos, triángulos, cuadrados y rectángulos. Los mandalas fascinan por el juego de formas y colores que presentan, y son considerados como símbolos de paz, fuerza y armonía. Los diseños son muy variados, pero con algunos elementos constantes, un centro y puntos cardinales contenidos en círculos y ordenados en cierta simetría. También los colores tienen su propio significado
Consiste en una serie de formas geométricas concéntricas organizadas en diversos niveles visuales. Las formas básicas más utilizadas son: círculos, triángulos, cuadrados y rectángulos. Los mandalas fascinan por el juego de formas y colores que presentan, y son considerados como símbolos de paz, fuerza y armonía. Los diseños son muy variados, pero con algunos elementos constantes, un centro y puntos cardinales contenidos en círculos y ordenados en cierta simetría. También los colores tienen su propio significado
Los beneficios de los mandalas
- Es un elemento de apoyo en la meditación.
- Fomenta la paciencia.
- Despierta los sentidos.
- Fortalece nuestra capacidad de concentración.
- Puedes deshacer bloqueos y tensiones internas.
- Reduce el estrés y produce una sensación de bienestar general.
- Entrena la memoria.
- Desarrolla la creatividad.
- Ayuda a desconectar de las preocupaciones diarias.